intervención, pausas, traslados

Para Nikola Tesla los secretos del universo se esconden en la energía, la frecuencia y la  vibración. Como fenómeno, la resonancia se describe como el incremento de amplitud que ocurre cuando la frecuencia de una fuerza periódicamente aplicada es igual o cercana a una frecuencia natural del sistema sobre el que actúa y excita. Inspirada en esa dinámica potencial y coincidente de vibraciones internas y externas, Resonancia se revela como una nueva forma de habitar la Tierra que anima a descubrir posibilidades y estructuras más allá de los patrones establecidos. En ese contexto de epifanía, la obra se proyecta como una iniciación ritual en la que los performers interactúan con los astros, la arquitectura, el entorno geográfico y la instalación de Sebastián Maqueira que con sus remos, ha transformado el sólido piso del MAC en un estanque de aguas oscuras y profundas. La composición se nutre de esa transmutación y se estructura en el movimiento sosegado y repetitivo de los cuerpos que al actuar con todos los elementos circundantes, crean una acción que fluye tranquila y tiende en sus gestos simples pero cargados de humanidad, a derramarse como el agua.

Impulsada por los remos estáticos de la obra de Maqueira, la espiral de resonancia asciende de los cuerpos recluidos en un edificio a dialogar con el cosmos en el trazo de una conjunción planetaria muy específica para regresar después como un eco que se diluye en la conexión con su naturaleza próxima, la que al otro lado de las paredes se extiende en paisaje de río, cordillera y mar.

// por Silvia Veloso

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